Más importante que escuchar tus temores y sentimientos negativos, es escuchar la voz de Dios. La paz no se encuentra en la ausencia de las tormentas, pero la presencia de Dios, en medio de ellas.

Debemos recordar que Dios nos prometió que estaría con nosotros aún en medio de los problemas. Él es el buen pastor, él se preocupa por su rebaño, lo guía y lo protege. Podemos estar confiados en ello.

En medio de la crisis, necesitamos tener fe. Seamos sabios, pero no dejemos que el miedo nos domine.

Todos quieren tener un buen futuro, pero no todos entienden que la forma en que viven el día de hoy es lo que impactará su vida el día de mañana. Las personas que tendrán un mejor futuro son aquellas que hacen los cambios necesarios el día de hoy.

En ocasiones nosotros mismos somos el impedimento para que Dios nos pueda bendecir. En esta ocasión Edgar Lira nos comparte cómo podemos hacer para que no seamos nosotros mismos el obstáculo.